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Plaza de la Mina

Plaza de la Mina

Espacio Publico de singular Valor Historico y Artistico
Espacio Publico de singular Valor Historico y Artistico

En el año 1838, se libera para la ciudad lo que era huerta y enfermería del convento de San Francisco, y toda el área se convierte en plaza, produciéndose obras por mandatos de los Ayuntamientos de 1841 y 1842. Se realizaron con gran diligencia y esmero, publicándose la cuenta de su coste el 25 de noviembre de 1842 y que ascendió a 178.272 Rls, 20 Maravedíes. Empezó el proyecto el arquitecto Torcuato Benjumeda. Los trabajos continuaron posteriormente bajo la dirección y planos de Juan Daura y la plaza quedó estructurada en forma cuadrada con cuatro calles diagonales que se cruzaban en el centro formando una glorieta, destinándose el espacio de entre calles a jardines. A falta de dinero municipal la obra hubo de financiarse con fondos recaudados de los materiales de derribo de la antigua enfermería pública y de la aportación de los propios vecinos de la plaza. Acabada el año siguiente, la Corporación Municipal decidió colocar en el centro una estatua del general Espoz y Mina, héroe de la guerra de la Independencia, hoy desaparecida. El nombre de la plaza viene de este general, ya que siempre se llamó Plaza general Espoz y Mina. Con el tiempo se fue perdiendo la primera parte del nombre y se conocía como Plaza de Mina, nombre que ha perdurado hasta la actualidad. Aprovechando también espacios desamortizados a los franciscanos, el ala de un claustro, el arquitecto Daura levantó el edificio que hoy acoge a la Academia de Bellas Artes, parte del Museo de Cádiz y la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos. De marcado sentido horizontal la fachada ofrece un ordenado y simétrico conjunto de vanos a la vez que concentra la escasa ornamentación en la puerta de acceso. De estilo neoclásico, se inauguró como Academia de Bellas Artes el 10 de octubre de 1838. La fachada original no ha sufrido variaciones pero sí el interior en varias ocasiones y en todas sus partes. En 1897 siendo alcalde don Benito Arroyo, se hizo la última transformación, imperando el gusto moderno; la primera disposición de los parterres no resaltó, verificándose otra bajo la dirección del Sr. Oliva. El 26 de febrero de 1937, por el Acta n.º 9 del Excmo. Ayuntamiento de Cádiz, se tomó el acuerdo de ponerle el nombre de Plaza del Generalísimo Franco, aunque se la siguió conociendo por Plaza de Mina. Aunque la plaza se mantiene casi inalterada, no sucede así con el centro de ella, que ha tenido varios cambios. Se pensó en hacer un kiosco para la música, y se construyó un templete que con el tiempo fue reformado. Se quitó la losa de hormigón que lo cubría y en su lugar se puso una bóveda. En la remodelación de 1991, este templete, que se hallaba abandonado, se tiró y actualmente hay un suelo elevado circular central con una gran farola.