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Iglesia de Santa Cruz de Baeza

Iglesia de Santa Cruz de Baeza

Bello ejemplo de románico tardío. Es la única que se conserva de seis parroquias que se levantaron tras la conquista por Fernando III
Bello ejemplo de románico tardío. Es la única que se conserva de seis parroquias que se levantaron tras la conquista por Fernando III

Es de estilo tardrrománico, y se encuentra frente al Palacio de Jabalquinto y la Antigua Universidad. La mayoría de los expertos apuntan a que esta iglesia perteneció a la Orden del Temple. Fue considerada parroquia hasta el siglo XIX. Primeramente, albergó la parroquia del sagrario de la catedral (que se trasladó). Más adelante, fue ermita auxiliar de parroquia de El Salvador. Se asaltó al comenzar la Guerra Civil Española y se restauró en 1950, añadiéndose la portada oeste, que procedía de las ruinas de la iglesia románica de San Juan Bautista. Su planta es de tres naves separadas por pilares cilíndricos originarios y con un ábside en la cabecera, al que le precede un tramo amplio rectangular, al que se abren dos capillas. Sobre sus pilares se apoyan cuatro arcos apuntados. Sus muros laterales son lisos, teniendo como huecos sólo las puertas, capillas y el arco toral por el que se accede al presbiterio -el espacio en torno al altar mayor- de la cabecera. El techo que cubre las naves era en su origen de estilo mudéjar, pero se reformó en 1575 y posteriormente se devolvió a su aspecto original más tarde con estructura de madera neutra. El presbiterio se cubre con bóveda de cuarto de cañón y el antepresbiterio con bóveda de cañón apuntado. La capilla derecha que da al presbiterio es de planta cuadrangular, cuya entrada es de herradura. La otra capilla, la izquierda es también de planta cuadrangular y se abre con arco apuntado, cubriéndose con bóveda de crucería gótica simple. Ambas son añadidas posteriormente a la construcción. Los muros y arco interiores están cubiertos con frescos que representan a San Sebastián y a la Virgen amamantando al Niño, bajo dosel en el intradós del arco. En el interior del mismo se representa a Santa Catalina. Todas las pinturas son del gótico tardío y se conservan hoy con el color bastante desvaído. En peor estado se encuentran los temas pictóricos del ábside central, que datan del siglo XV. Exteriormente se aprecia el muro de sillería de aparejo irregular. Destacan la portada de la Fachada Sur y la Oeste. La primera es originaria del templo, mientras que la segunda es la que procede de la iglesia románica de San Juan. Estas portadas están abocinadas, presentando tres arquivoltas de medio punto, apoyadas sobre columnas y decoradas con dientes de sierra y motivos vegetales. Las jambas albergan tres pares de columnas, de cuyos capiteles de hojas de acanto parten las arquivoltas. La portada procedente de la Parroquia de San Juan tiene ligeras variaciones. Presenta un leve apuntamiento en el arranque de las arquivoltas, y decoración fantástica de cardina con dragones y otros animales en la imposta. Sobre ella se conserva un rosetón cuya decoración en su abocinamiento es similar al de la catedral de Baeza. Tras la restauración que se acometió en esta iglesia en 1990 se encontró un arco visigótico de herradura junto a la epístola. Dicho arco lo forman dovelas lisas y una arquivolta. Sobre dicho hallazgo existe la teoría de que la iglesia de Santa Cruz se construyó sobre un templo cristiano mozárabe.