Disfruta de la majestuosidad de un palacio reconocido globalmente, admirando su arquitectura y jardines, emblemas de la historia francesa.

Este emblemático complejo es reconocido mundialmente por su opulencia y su importancia histórica, siendo el epicentro de la monarquía francesa en su apogeo. Iniciado por Luis XIII y magnificado por su sucesor, Luis XIV, este lugar se convirtió en el símbolo del poder absoluto y del refinamiento artístico de la época. El rey sol transformó una modesta residencia de caza en un palacio sin igual, una obra maestra de la arquitectura barroca que refleja la grandeza de su reinado. El complejo alberga una serie de jardines meticulosamente diseñados, que son un ejemplo supremo de la jardinería francesa, con parterres geométricos, fuentes ornamentales y estatuas clásicas. Estos espacios verdes sirvieron como escenario para fiestas y eventos cortesanos, diseñados para impresionar a visitantes y dignatarios. Dentro del palacio, la Galería de los Espejos es una de las salas más famosas, con sus 357 espejos enfrentados a las ventanas que miran hacia los jardines, un testimonio del arte y la artesanía de la época. A lo largo de los siglos, este lugar ha sido testigo de eventos cruciales, incluyendo la firma de tratados y la proclamación del Imperio Alemán en 1871. En el siglo XX, fue aquí donde se firmó el tratado que puso fin a la Primera Guerra Mundial, marcando un momento decisivo en la historia europea. A pesar de las turbulencias de la Revolución Francesa, que obligaron a la realeza a abandonar este símbolo de su poder, el complejo ha sobrevivido y hoy es un museo que celebra la riqueza cultural y artística de Francia, atrayendo a millones de visitantes de todo el mundo cada año.