Descubre la capital espiritual más antigua, explorando su Medina y la Madrasa coránica, un tesoro del arte medieval.

Esta ciudad imperial, una de las más antiguas y continuamente habitadas del mundo árabe, fue fundada en el siglo VIII y se convirtió en un importante centro de la cultura musulmana. Conocida por su extensa medina, esta urbe es un laberinto de calles estrechas y sinuosas, repleto de tiendas de artesanías, mezquitas, madrazas y fondas. La medina, declarada Patrimonio de la Humanidad, alberga uno de los conjuntos más impresionantes de arquitectura medieval en el mundo árabe y es uno de los centros urbanos más grandes de su tipo que se conservan. Dentro de sus muros, se encuentra la universidad más antigua del mundo aún en funcionamiento, la Universidad de Al Quaraouiyine, fundada en 859. Esta institución ha sido un faro de aprendizaje en campos como la religión, la ley y la lingüística a lo largo de los siglos. Además, la ciudad es famosa por su producción de cuero, y sus curtidurías siguen utilizando métodos tradicionales que se han transmitido de generación en generación. Estas curtidurías, con sus coloridos pozos de tinte, ofrecen una vista fascinante y son un testimonio de la artesanía local que ha perdurado a través de los tiempos. La influencia de distintas dinastías se refleja en la arquitectura diversa, que incluye impresionantes puertas como Bab Boujloud, con sus azulejos de fayenza azul por un lado y verde por el otro, simbolizando el color de la ciudad y el del islam. Los palacios, jardines y fortalezas añaden a la riqueza histórica y estética de la ciudad, mientras que las bibliotecas y los archivos contienen manuscritos invaluables que datan de siglos atrás, preservando el legado intelectual de la región.