Descubre la historia viva paseando por antiguas calles y monumentos, donde la civilización romana aún palpita en cada rincón.

Esta localidad, situada en la región nordeste de la península ibérica, es un enclave de gran riqueza histórica y cultural. Fundada en la antigüedad como una de las principales ciudades del Imperio Romano en la península, conserva un impresionante legado arqueológico que incluye un anfiteatro, un circo y las murallas antiguas, elementos que han merecido su inclusión en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El anfiteatro, construido en el siglo II d.C., es un testimonio de la importancia de los espectáculos públicos en la vida social de la época, con capacidad para albergar a miles de espectadores. Las luchas de gladiadores y las representaciones teatrales eran habituales en este escenario, que hoy en día sigue siendo un punto de referencia para entender la magnitud y el esplendor de la ciudad en aquel entonces. El circo romano, por su parte, es uno de los mejor conservados de Occidente y evoca las emocionantes carreras de carros que cautivaban a la población local. Sus dimensiones y la ingeniería aplicada en su construcción reflejan la habilidad y la estética de la arquitectura romana. Las murallas, que datan del período republicano, han soportado el paso del tiempo y las invasiones, y aún se mantienen en pie como guardianes silenciosos de la historia. Su robustez y extensión son un claro indicativo de la importancia estratégica y defensiva de la ciudad durante diferentes periodos históricos. Este lugar, por tanto, no solo es un centro de atracción turística por su belleza y clima mediterráneo, sino también un punto de estudio y admiración para historiadores y arqueólogos, ofreciendo una ventana única al pasado y un legado que conecta el presente con la grandeza de la civilización romana.