Descubre una pequeña villa medieval, declarada Conjunto Monumental y Artístico, con un recinto amurallado bien preservado.

En el corazón de una comarca catalana, se alza una localidad medieval cuya historia se remonta a la época de su fundación en el siglo XII. Este lugar es conocido por sus impresionantes murallas, que datan del siglo XIV y que aún hoy se conservan en un estado envidiable, siendo uno de los mejores ejemplos de fortificaciones medievales en toda la región. Las torres y puertas que perforan estas defensas añaden un carácter distintivo al perfil urbano, invitando a explorar sus calles empedradas y plazas con siglos de historias. Dentro de sus límites, se encuentra una iglesia gótica notable, cuya construcción se inició en el siglo XIII y que destaca por su elegante fachada y su robusta torre campanario. Esta iglesia es un testimonio de la importancia que tuvo la religión en la vida cotidiana de los habitantes de la época. Además, el casco antiguo alberga edificios civiles de gran valor histórico y arquitectónico, incluyendo palacios renacentistas y casas señoriales que reflejan la prosperidad que vivió la localidad durante la Edad Media y el Renacimiento. Cada año, este enclave se convierte en escenario de festividades que conmemoran episodios legendarios, llenando sus calles de color y vida. Los visitantes pueden disfrutar de representaciones que evocan tradiciones y leyendas, sumergiéndose en un ambiente que parece detenido en el tiempo. La artesanía local y la gastronomía también juegan un papel importante en la cultura de la localidad, con productos típicos que reflejan la riqueza de la tierra y el ingenio de sus habitantes.