Uno de los elementos más representativos del arte sacro contemporáneo de Euskadi
Uno de los elementos más representativos del arte sacro contemporáneo de Euskadi
Según la leyenda, a un pastor llamado Rodrigo de Balzategi se le apareció la Virgen sobre un espino y éste, asombrado, le preguntó: "Arantzan zu?" (¿Tú en un espino?). Durante los siguiente siglos los frailes franciscanos hicieron de Arantzazu un lugar de devoción y peregrinación, y un exponente del arte y la cultura. El Santuario de Arantzazu, colgado sobre barrancos y edificado sobre roquedales en una zona agreste y natural, en el término municipal de Oñati, sobrevivió en su larga existencia a tres incendios importantes (1553, 1622 y 1834), teniendo que ser reedificado otras tantas veces.
No obstante, en 1951, en lugar de seguir acometiéndose las continuas tareas de reforma parcial y ampliación, se decidió hacer una basílica nueva que fuese verdaderamente solemne por su dimensión y empaque, pero sobre todo que se expresase en un lenguaje artístico moderno, para lo cual se convocó un concurso de ideas.